Capítulo 16.
Estaba en el lavadero del hotel, la ropa limpia de su bebé se acabó. No quería salir de esas cuatro paredes, pero el deber llamaba. Esa habitación se volvió su refugio, el aroma que había allí lo tranquilizaba, olía a hogar y era algo que no olía hace mucho tiempo. Cuando era pequeño sentía un aroma similar cuando su padre no estaba y se quedaba solo con su madre, era un olor tan único que nunca se olvidaría. Ese lugar se convirtió en eso, en su hogar y se odiaba por eso, se odiaba porque se adaptó a una vida que tendría que dejar.
Para su mala suerte las omegas con las que se había encontrado hace unos días estaban ahí. Caminó hacia una lavadora ignorándolas.
—¿Saben a quién vimos ayer? —dijo bajo una de ellas.
—¿A quién?
—A ese alfa guapo.
—¿Qué hacía por aquí?
—Vino a ver al mugroso —una de ellas rodó los ojos.
—Sigo sin saber que coño le ve a ese, tiene tantas omegas para elegir...
—Traía bastantes bolsas —agregó otra omega.
—Seguramente ese mugroso es bueno en la cama. Te apuesto lo que quieras que trajo algo para que se vea más sexy.
—No entiendo que tiene de sexy ese espárrago, cualquiera de nosotras tiene mucho más cuerpo que él.
Tenía razón, mierda, si que tenía razón. Ellas eran las omegas perfectas, pelo bien peinado, maquillaje justo, ropa de marca, cuerpo perfecto, era todo lo que no tenía. Metió la ropa en la lavadora e hizo como si no escuchaba nada, aunque sus ganas de llorar aumentaban cada vez que una de esas chicas abría la boca.
"Jungkook no se fijaría en nosotros."
Dijo su omega dolido. Jimin dio un asentimiento, tenía razón.
Jaehyun estaba en sus brazos, estaba inquieto por su aroma, este estaba amargo, triste y el bebé no sabía que hacer para que su madre estuviera bien.
—Ha~ —llamó el pequeño al salir de ese lugar.
—¿Qué pasa, cielo? —dijo Jimin mirando a su hijo. Jaehyun se estiró un poco dejando algo parecido a un beso en su mejilla, Jimin sonrió y le besó la nariz.
Su bebé se sintió orgulloso cuando el aroma del castaño volvió a ser el mismo de siempre.
✧✦✧
Jungkook no dejó de pensar en Jimin.
Jimin.
Suspiró cansado, su alfa no dejaba que piense en otra cosa. Bueno, puede que su alfa lo nombre pero él no puede sacar su sonrisa de la cabeza, no sabe que carajos le está pasando.
—Buenas tardes, señor Jeon. Quería informarle que la junta pendiente con sus colegas se pasa para mañana.
Joder, lo único que le faltaba.
—Está bien, muchas gracias —le regaló una sonrisa cansada y la chica cerró la puerta.
✧✦✧
Jimin volvió a su cuarto y dejó a su bebé jugar con su dinosaurio mientras él pedía servicio al cuarto. Una vez que pidió todo se puso a jugar con su hijo.
Su cuerpo estaba ahí, jugando a que aquel peluche quería comer a su cachorro, pero su mente, su mente estaban en las palabras de esa omega.
"Cualquiera de nosotras tiene más cuerpo que él"
No podía parar de pensar en aquello.
Le dijo a Jaehyun que iría al baño, cosa que el bebé ignoró y siguió en su mundo jugando y hablándole al juguete. Jimin fue hasta su cuarto y abrió el cajón que había en unos de los muebles. Lo quedó viendo unos minutos y con timidez agarró las bolsas y fue al baño, antes de entrar miró a su bebé una vez más y al estar todo bien entró al baño.
Agarró las prendas y las observó, miró cada detalle. Con sus manos apreciaba la calidad de las telas, la suavidad de estas, se probó una remera y un pantalón de chándal. Se miró en el pequeño espejo.
"Cualquiera de nosotras tiene mucho más cuerpo que él"
Se levantó un poco la remera dejando ver su abdomen. Si, no tenía cuerpo. Su cuerpo le recordaba todo lo que tuvieron que pasar, su cuerpo le recordaba los días de hambre, un alfa no querría un omega así. Se levantó un poco más la prenda dejando ver sus costillas marcadas, había un leve cambio debido a que estaba comiendo mejor, pero era mínimo, casi nada, se seguían marcando.
"Tiene tantas omegas para elegir"
Si, era verdad. Ese alfa no se fijaría en un omega como Jimin, no cuando hay tantas hermosas omegas rondando por la ciudad.
Las lágrimas caían por sus suaves mejillas, su omega lloraba junto a él, el timbre se oyó a lo lejos y Jimin se sacó lo más rápido que pudo las prendas. Su bebé seguía jugando animadamente con su peluche.
✧✦✧
Otro día laboral había llegado a su fin, salía de su oficina con un abrigo, un gorro de lana cubriendo su cabeza y una bufanda cubriendo parte de su rostro.
Sentía que tenía que recordar algo, pero no sabía que era, le restó importancia.
Destrabó el auto con tan solo apretar un botón y se subió en este, lo puso en marcha y condujo a su departamento. En el camino cruzó un McDonald's y se dijo porqué no comprar algo de comida chatarra, no tenía ganas de cocinar realmente, hizo la fila para pedir y un cansado Jungkook pidió comida para dos... No sabe porqué le salió pedir para dos. Cuando su mente procesó lo que dijo ya era tarde, el chico que lo atendía ya estaba sacando el ticket para que vaya a retirarlo. Aún confundido por sus palabras fue hacia la otra fila para esperar su pedido.
Una vez en el auto, puso las dos bolsas en el asiento del copiloto, las miró con confusión de nuevo, no sabe porqué pidió dos, fue un momento donde parece que no habló él. Trato de restarle importancia y puso el auto en marcha para, ahora sí, ir a su departamento.
En camino a este vio el hotel y ahí lo recordó, era el último día del omega en ese lugar. Frenó de golpe y dejó su auto aparcado en algún lugar, entró al ya conocido lugar y notó a la misma chica sentada con el celular. Ella notó rápidamente su característico aroma y dejó el teléfono a un lado, para así prestarle atención al alfa. Le regaló una sonrisa coqueta que puso incómodo a Jungkook.
—Hola, guapo —dijo ella sin vergüenza alguna. Jungkook hizo una mueca tratando de ignorar aquello—. ¿En qué puedo ayudarte?
—Vengo a renovar el alojamiento de la habitación número 12 —la recepcionista rodó los ojos.
—Otra vez el muerto de hambre. Enserio no entiendo porqué le sigues pagando noches aquí, si está en la calle es por algo y créeme que por santo no creo que sea.
A Jungkook ya le estaba cansando que la beta hable mal de Jimin, si su plan era conquistarlo no lo estaba logrando.
—Pues, dime, ¿tú eres santa? o, ¿eres perfecta? Que no tengas un cachorro en brazos no significa que seas la reina de las santas que yo sepa. Además, te vuelvo a repetir, no creo que hayas hablado con él como para saber algo de su vida.
—No tengo que saber mucho para decir que es un fácil que se entregó a un alfa en las calles y quedó como quedó.
Las venas del cuello de Jungkook estaban por explotar y su alfa quería golpearla, claro que no lo haría, pero ganas no le faltaban.
—Que tenga un bebé y esté en situación de calle no lo hace fácil. Existen miles de madres solteras que fueron abandonadas por sus alfas y por alguna razón terminaron en las calles, eso no las hace fáciles, ¿verdad? Te lo vuelvo a repetir, Hyejin, no lo conoces, si no sabes por lo que ha pasado no opines, primero opina de tu propia vida como para opinar la de los demás. Ahora agrégame una semana más al presupuesto.
La beta quedó callada e hizo lo que le dijo, una vez listo el alfa pensó que sería buena idea comentárselo ahora. Algo le dijo que lleve la comida que compró, así que decidió seguir a su instinto y fue hasta el auto. Volvió a entrar por la puerta de cristal, con las bolsas en mano, y caminó hasta el ascensor. Observó a la beta mirarlo con enojo, a decir verdad miraba la comida para dos con fuego en su mirada, estaba furiosa y se notaba. Pasó sin importarle, sacó la tarjeta para identificar que era él, la puso en el aparato y una vez la luz se puso en verde apretó el botón para esperar el ascensor.
Caminó los pocos centímetros hasta la habitación número 12 y tocó levemente. Se escuchaban un sigilosos pasos llegar hasta la puerta, vio como el picaporte giraba y se quedó mirando el suelo por un momento cuando abrió. Levantó la vista lo más rápido que pudo y le sonrió.
Jimin se quedó embobado con su sonrisa una vez más, y su omega empezó a dar pequeños saltos como era de esperarse.
—Hola —dijo el alfa—. Perdón por molestar.
—Em, hola. No es molestia. Nosotros... Nosotros ya empacamos, si quiere ya, eh, ya, em... —le costaba demasiado decir aquello.
Esas cuatro paredes se habían convertido en un refugio, un lugar seguro del cual no quería salir, no quería aceptar que se tenían que ir. Si, se convirtió en su hogar y en el de Jaehyun, no quería soltar esa habitación, si es por él se queda toda la vida allí. Pero la vida no le dio la posibilidad de poder quedarse ahí, solo tenía que respirar hondo e irse, porque todo lo bueno se va y era momento de que se vayan de allí.
Su bebé se merecía despertar en ese suave colchón todos los días, se merecía desayunar, almorzar, merendar y cenar, se merecía baños con agua tibia y momento para jugar, se merecía gatear en el suelo sin que haya piedras que lo lastimen, se merecía poder dar sus primeros pasos en un hogar cálido y no en un lugar frío y llenos de personas que lo miraban con desprecio, se merecía poder tener un pequeño hogar donde pueda traer amiguitos cuando sea un poco más grande. Se merecía la vida que tenía cualquier bebé, pero no era así, Jaehyun tenía que aprender a sobrevivir desde temprana edad y no era justo, claramente no era justo, pero era lo que tocaba y a lo que había que acostumbrarse.
—Si quiere ya podemos irnos —dijo tratando de ocultar las voz dolida y casi quebrada, agachando la mirada para que no note las lágrimas que se asomaban.
La sonrisa del alfa se esfumó de repente. Quedó mirando la triste imagen que tenía enfrente, quería abrazarlo, su alfa quería protegerlo y él también.
—No tienen que hacerlo.
Jimin levantó la mirada. Sus ojos se mezclaban a la perfección y se perdieron un momento en ellos, mirándose fijamente, perdiéndose el uno con el otro, no entendían porqué tenían la necesidad de mirarse por minutos que seguro eran horas, pero una vez que sus ojos conectaban no podían parar. El lado racional los hizo apartar la mirada.
—Pero hoy...
—Yo, eh, yo, tienen una semana más aquí —dijo Jungkook nervioso, no quería que lo rechace.
—Esto es demasiado. De verdad usted está gastando mucho dinero en nosotros.
—No me molesta, yo, yo quiero ayudarlos.
—No sé que decir, yo, gracias. No sé cuantas veces dije gracias desde que lo vi —dijo riendo sin gracia a lo último—. No tengo como pagarle.
—No tienes que pagarme nada.
—Necesito poder pagarle con algo, la culpa es más fuerte que yo.
—¿Culpa? —preguntó Jungkook confundido.
—S-Si, em, usted hace mucho por mi bebé y por mí y mi culpa de que me estoy aprovechando de usted no me deja en paz.
—Jimin —el nombrado lo miró a los ojos—. Tú no te estás aprovechando de nada, ¿okay?
—Es que...
—No. Tú no te estás aprovechando de nada porque yo prácticamente te pido de rodillas que aceptes cada cosa que te ofrezco. Yo lo hago porque quiero y no te tendría que suplicar que aceptes cada cosa que te doy, pero siento una necesidad muy fuerte de tu "si". Jimin no te estás aprovechando, solo me tienes lástima, aunque a la vez tienes suerte, un alfa suplicando no se ve todos los días.
Jimin rió un poco, fue un sonido muy bajo pero llegó a los oídos de Jungkook y Dios, quiere oírlo reír siempre, en cada oportunidad que encuentre, solo quiere oírlo reír.
—Enserio muchas gracias.
—Gracias a ti por aceptar —dijo y le sonrió.
"Él no es igual a Jihoon"
Dijo su omega y Jimin lo miró, había algo diferente en él, era algo que no tenía Jihoon. No sabe que era pero se dejó cegar por su omega y solo le sonrió devuelta, como cuando era Jimin, como cuando las calles no lo habían golpeado tan fuerte.
Jungkook se embobó con su sonrisa, era pequeña, pero simplemente era perfecta.
—Yo, em, tengo que ver a mi cachorro.
—Oh, claro, te estoy quitando el tiempo. Discúlpame.
—Gracias... Por todo.
—Gracias por aceptar. Adiós.
—Adiós —dijo Jimin y cerró la puerta.
Jungkook miró su mano con las dos bolsas, las miró un rato, pero no se atrevió a tocar de nuevo y pedirle si quería cenar con él. Fue lo suficiente cobarde para irse de allí con las dos bolsas llenas de comida e ir a comer solo a su departamento.
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